Una de las partes que marcan el envejecimiento de nuestro cuerpo son las manos. La aparición de manchas, el adelgazamiento de la piel y la deshidratación de las mismas delatan el paso de los años. La pérdida del tejido graso pueden hacer más sobresalientes las estructuras óseas y las venas del dorso de la mano que dan un aspecto envejecido a las manos.